El lema de este curso busca tejer relaciones de bien, sólidas, potenciando la misión compartida y el trabajo en equipo para evangelizar, teniendo en cuenta las características de nuestros jóvenes, despertando a lo trascendente y favoreciendo experiencias que les lleve al encuentro con Jesús. De esta manera, podremos crear espacio de pertenencia, abierto a descubrir dones y fortalezas entre los jóvenes y así poder revitalizar la calidad en la intervención de los agentes de pastoral.
Tras el lema del año pasado, misión en marcha, creemos que tenemos que seguir en camino y descubrir cómo los caminos se cruzan en el ovillo y entrecruzan unos con otros, construyendo un tejido lleno de vida, en el que Cristo está presente, al igual que su cruz y nuestra cruz, tantas veces presente en vida.
Nosotros somos los protagonistas del tejido, de nuestra vida, las agujas están listas para ponerse en acción, tejer, moverse, encontrarse, comunicarse y arriesgarse a encontrarse con otros hilos y formar una historia que se entreteje con el carisma de Santa Vicenta María, consolidando nuestra pertenencia a la Familia RMI, de ahí el color azul institucional.