El logo de este curso quiere recoger, en primer lugar, el dinamismo de la marcha, representado por cuatro pies que caminan: son nuestros propios pies y los de los jóvenes a los que acompañamos. Si este año lo dedicamos a la MISIÓN, la nuestra consiste, principalmente, en caminar junto a los jóvenes, cuidando de ellos: estar para acompañar.
El dinamismo de la flecha nos indica, por un lado, que no caminamos sin rumbo, sabemos a dónde vamos: la voluntad de Dios es nuestro Norte, Jesús y su Evangelio son nuestro camino. Por otro lado, caminamos “en salida”, porque queremos llevar a Jesús no sólo a los jóvenes que se acercan a nosotros, que vienen a nuestras casas, sino también a los que no lo hacen, a los que están en las periferias: salir para cuidar.
La utopía del Reino nos anima en nuestro caminar, no es misión imposible, porque el Espíritu alienta nuestra marcha y “nada hay imposible para Dios”. Con su fuerza, podemos vencer todas las dificultades del camino.
Y caminamos juntos, porque la misión no es sólo nuestra, sino de la Iglesia, aunque nosotros lo hacemos con huella propia: la del carisma RMI que se hizo vida en Vicenta María y que todos juntos estamos invitados a mantener vivo en nuestro tiempo como un modo peculiar de ser y de caminar en la Iglesia y en el mundo.
Así mismo, a lo largo del curso, podremos ir invitando a nuestros jóvenes a plantearse cuál es su misión, los acompañaremos en ese discernimiento, y les haremos la propuesta de compartir la MISIÓN de la Iglesia y de la familia RMI.